domingo, 30 de diciembre de 2007

Sobre la familia, la propiedad y la indigencia

Hoy se ha celebrado en Madrid un encuentro en favor de la forma tradicional de familia que defiende la Iglesia Católica. Encuentro organizado por la más altas esferas clericales y que ha contado, como se podía prever, con la presencia mayoritaria de movimientos eclesiales como los Kikos.

Por supuesto, se han repetido los bailes de cifras habituales en todas las concentraciones. La organización habla de dos millones de personas y el manifestómetro solo de unos 130.000. Como a los primeros se les presupone un exceso de celo en el recuento de sus partidarios y los segundos no esconden sus fobias y filias (basta darse un paseo por sus artículos de opinión o por las notas que dejan sus seguidores), digamos que ni-pa-ti-ni-pa-mí.

En cualquier caso, y al margen de apreciaciones ideológicas, religiosas o filosóficas al respecto, me gustaría invitarles a poner los pies en el suelo. Los que hemos trabajado con colectivos en riesgo de exclusión social hemos podido constatar cuantas de estas personas provienen de un hogar desestructurado.

Pedro Clúster cuenta una y otra vez como la mayoría de indigentes madrileños (y seguro que podemos extenderlo al resto de poblaciones) son gente que o bien ha sufrido un revés profesional o personal en su vida, o bien tiene problemas psicológicos, y en algunos casos psiquiátricos. Pero un denominador común en todos ellos es la ausencia de una familia que les arrope en esos momentos de caída sin red.

De otra parte, si echamos un vistazo a la situación académica de nuestros estudiantes (leáse el revelador informe PISA, por ejemplo) y rascamos un poco en la superficie -la cual incluye un sistema educativo con fecha de caducidad cumplida hace mucho tiempo- descubrimos un alto porcentaje de alumnos con fracaso escolar provenientes de familias desechas.

Olvidémonos ya de la roussiana idea del estado-padre: con nuestros votos hemos colocado, cuatrienio tras cuatrienio, a unas pandas de golfos apandadores cuyo principal objetivo es perpetuarse en el poder. Les importa una auténtica mierda cuanta gente malviva o, simplemente sobreviva. Y se las traen flojas la calidad de nuestro sistema educativo, porque ellos envían a sus hijos e hijas a colegios y universidades de los United States of America.

Y nos siguen vendiendo lo bueno que es vivir de alquiler y la puta manía que tenemos los españolitos con tener una vivienda en propiedad. Cuando resulta que muchos ancianos tienen que acudir a comedores de caridad para meter un chusco de pan en el estómago, gracias a sus ridículas pensiones, pero al menos tienen un techo del cual nadie les va a echar porque un día se atrevieron a endeudarse para tener una vivienda propia.

¿Y ahora qué? ¿Nos la seguimos cogiendo con papel de fumar por lo que digan o dejen de decir los curas? ¿O nos replanteamos seriamente la mierda de sociedad que estamos haciendo?


Por cierto, ya saben lo que me divierto leyento ese panfletillo de nombre elplural. Pero no solo por sus artículos sino, en gran medida, por los fantásticos lectores que tiene. En el artículo de ayer día 29 , de título El colectivo homosexual tomará nota de la presencia del PP en la concentración organizada por los obispos, se podía leer el siguiente comentario (políticamente incorrecto, claro está, como el 99% de los que se pueden leer en dicha web):

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